sábado, 6 de febrero de 2010

It ain’t over till it’s over



Por: Juan Diego Rey

¿Qué tiene que ver el título de la canción de Lenny Kravitz con el fútbol? Pregúntenle a Jehovanny (como sea que se escriba) Ibarra.

Durante todo el partido inaugural del Campeonato Nacional de Fútbol, el Deportivo Quito hizo el papel que debía jugar el local, Emelec. Se ordenó bien, tocó el balón, atacó y generó ocasiones de gol. Marcó primero. Aguantó hasta el final. Justo hasta antes del final, mejor dicho.

Jehovanny (como se escriba) Ibarra salvó un gol casi hecho a Biglieri, demostrando su experiencia. Cada pelota que caía en el poder del portero nacido en el Chota¸ terminaba en un juego molesto del arquero, “protegiendo el balón” hasta esperar el acercamiento de los delanteros eléctricos. En Argentina, a eso le llaman “cancherear” y es más o menos, hacer cabrear a los rivales.

Volviendo al partido, el Quito hizo lo suyo. Michael Arroyo fue calificado como un león en la cancha por los comentaristas de Ecuavisa por sus desbordes y su marca. El premio al esfuerzo de los de la Plaza del Teatro llegó al minuto 82 tras un buen desborde de Donoso que terminó con el esférico en las redes, tras cabezazo de Franco Niell. El bicampeón aseguraba, aparentemente, el triunfo en su debut en defensa de su doblete.

Tomás Alarcón, de pésimo arbitraje, decretaba el casi final del partido, tras conceder 4 minutos de alargue. En el minuto 93 con segundos, se provoca un tiro de esquina para Emelec, y el colegiado hace un gesto que se leía “después del córner lo termino”. Y así fue. Solo que entre el córner y el pitazo final se produjo el gol de David “el Cholo” Quiroz. El portero canchero, que al ser preguntado sobre quién sea el mejor guardameta del Ecuador no duda en responder con su nombre (como sea que él lo escriba), salió a ver si llovía, y en el área chica, el “Cholito” ex Nacional y Barcelona conectó un certero frentazo que acabó con el adelantado festejo chulla.

Hay lujos que los profesionales en cualquier materia no pueden darse. En el fútbol ecuatoriano, las “desconcentraciones” nos han costado muy caras, sino recuerden lo que pasó en el último partido contra Uruguay en Quito por eliminatorias. Festejábamos el gol, y al minuto Uruguay festejaba nuestra desconcentración.

El trabajo de pretemporada y la preparación continua de los profesionales del fútbol debe incluir un riguroso entrenamiento mental. Está demás decir que es ese el factor diferenciador entre el éxito y el fracaso. Jugadores de grandes condiciones técnicas y físicas no han tenido un éxito que se compadezca con esas condiciones por no cultivar su lado mental. Eso, solo eso, le costó 2 puntos de oro al Deportivo Quito el viernes 5 de febrero.

Así que, empecemos por reconocer que “No se acaba hasta que se acaba”, como titula la canción del neoyorquino Lenny.